jueves, 29 de mayo de 2008

La kinta del 80

Hace algún tiempo me mandaron un e-mail con el siguiente título "La kinta del 80". Seguramente a algunos de vosotros también os llegó, pero por si acaso hay alguien que no lo ha leído os lo dejo aquí. Es un poco largo, pero esta muy bien. Espero que os guste!!


Para los de la Kinta del 80 esto va dedicado... bueno, a todos nosotros, generación de las hombreras, los pelos encrespados y Sensación de Vivir o Generación de los 80. El objeto de esta misiva es la de reivindicar una generación, los 80, de todos aquellos que nacimos en los 80 (un par de años arriba, años abajo), la de los que estamos currando de algo que nuestros padres ni podían soñar, la de los que vemos que el piso que compraron nuestros padres ahora vale 20 o 30 veces más, la de los que estaremos pagando nuestra vivienda hasta los 50 años.

Nosotros no estuvimos en la Guerra Civil, ni en mayo del 68, ni corrimos delante de los grises, no votamos la Constitución y nuestra memoria histórica comienza con las olimpiadas del 92. Aunque no nacimos en una dictadura, siempre hemos tenido una conciencia democrática. Por no vivir activamente la Transición se nos dice que no tenemos ideales y sabemos de política más que nuestros padres y de lo que nunca sabrán nuestros hermanos pequeños y descendientes.

Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza, las canicas, la comba, la goma o el rescate y, a la vez, somos la primera que hemos jugado a videojuegos, hemos ido a parques de atracciones o visto dibujos animados en color. Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos, pero oíamos (y seguimos oyendo) que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron después de nosotros sí lo tienen realmente y nadie se lo dice.

Se nos ha etiquetado de generación X y tuvimos que tragarnos "bodrios" como: Reality Bites, Melrose place o Sensación de vivir (te gustaron en su momento, vuélvelas a ver, verás que chasco). Lloramos con la muerte de Chanquete, con la puta madre de Marco que no aparecía, con las putadas de la Señorita Rottenmayer. Somos una generación que hemos visto a Maradona hacer campaña contra la droga, que nos reímos de un anuncio que decía que si el Madrid era otra vez campeón de Europa, que durante un tiempo tuvimos al baloncesto como el primero de los deportes.

Hemos vestido vaqueros de campana, de pitillo, de pata de elefante y con la costura torcida; nuestro primer chándal era azul marino con franjas blancas en la manga y nuestras primeras zapatillas de marca las tuvimos pasados los 10 años.

Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos y no Halloween, cuando todavía se podía repetir curso, los últimos en hacer bup y COU, los pioneros de la ESO. Hemos sido las cobayas en el programa educativo, somos los primeros en incorporarnos a trabajar a través de una ETT y a los que menos les cuesta tirarnos del trabajo...

Siempre nos recuerdan acontecimientos de antes que naciéramos, como si no hubiéramos vivido nada histórico. Nosotros hemos aprendido lo que era el terrorismo contando chistes de Irene Villa, vimos caer el muro de Berlín y a Boris Yelsin borracho tocarle el culo a una secretaria, los de nuestra generación fueron a la guerra (Bosnia, etc.) cosa que nuestros padres no hicieron. Aprendimos a programar el video antes que nadie, jugamos con el Spectrum, odiamos a Bill Gates, vimos los primeros móviles y creímos que Internet sería un mundo libre.

Somos la generación de Espinete, Don Pimpón y Chema el "panaderofarlopero". Los que recordamos a Enrique del Pozo cantando con ana (abuelito dime tu...) Los mundos de Yupi y las pesetas rubias. Nos emocionamos con superman, ET o En busca del Arca Perdida. Comíamos Phosquitos y los Tigretones eran lo mejor, aunque aquello que empezaba (algo llamado Bollycao) no estaba del todo mal. Somos la generación del "El coche fantástico", "Oliver y Benjí". La generación que se cansó de ver las mamachichos. La generación a la que le entra la risa floja cada vez que tratan de vendernos que España es favorita para un mundial.

La última generación que veía a su padre poner la baca del coche hasta el culo de maletas para ir de vacaciones. La última generación de las litronas y los porros, y qué coño, la última generación cuerda que ha habido.

La verdad es que no sé cómo hemos podido sobrevivir a nuestra infancia!!!! Mirando atrás es difícil creer que estemos vivos. En la España de antes: Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad traseros, sin sillitas especiales y sin air-bags, hacíamos viajes de más de 3h sin descanso con cinco personas en el coche y no sufríamos el síndrome de la clase turista. No tuvimos puertas con protecciones, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños. Andábamos en bicicleta sin casco, ni protectores para rodillas ni codos. Los columpios eran de metal y con esquinas en pico. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y solo volvíamos cuando se encendían las luces. No había móviles. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerras de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con mercromina (roja) y unos puntos y al día siguiente todos contentos. Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila que, rara vez, tenía refuerzo para los hombros y, mucho menos, ruedas!!! Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto. Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando. Compartimos botellas de refrescos y nadie se contagio de nada. Sólo nos contagiábamos los piojos en el cole. Cosa que nuestras madres arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente(o los más afortunados con Orión) Y ligábamos con las niñ@s jugando a beso, verdad y atrevimiento o al conejo de la suerte, no en un chat diciendo cosas como :) ó :D.

Éramos responsables de nuestras acciones y arreábamos con las consecuencias. No había nadie para resolver eso. La idea de un padre protegiéndonos, si trasgredíamos alguna ley, era inadmisible, si acaso nos soltaban un guantazo o un zapatillazo y te callabas. Tuvimos libertad, fracaso, respeto, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.

Tú eres uno de ellos?? ¡Enhorabuena!

lunes, 26 de mayo de 2008

La vasija de barro

Cuenta la leyenda india que un hombre transportaba agua todos los días a su aldea usando dos grandes vasijas, sujetas en las extremidades de un pedazo de madera que colocaba atravesado sobre su espalda. Una de las vasijas era más vieja que la otra y tenía pequeñas rajaduras; cada vez que el hombre recorría el camino hasta su casa, la mitad de agua se perdía. Durante dos años el hombre hizo el mismo trayecto.

La vasija más joven siempre muy orgullosa de su desempeño, y tenía la seguridad de que estaba a la altura de la misión para la cual había sido creada, mientras que la otra se moría de vergüenza por cumplir apenas la mitad de su tarea, aun sabiendo que aquellas rajaduras eran el fruto de mucho tiempo de trabajo. Estaba tan avergonzada que un día, mientras el hombre se preparaba para sacar agua del pozo, decidió hablar con él:

- Quiero pedirte disculpas, ya que, debido a mi largo uso, sólo consigues entregar la mitad de mi carga, y saciar la mitad de la sed que espera en tu casa.

El hombre sonrió y le dijo:

- Cuando regresemos, por favor, observa cuidadosamente el camino.

Así lo hizo. Y la vasija notó que, por el lado donde ella iba, crecían muchas flores y plantas.

- ¿Ves cómo la naturaleza es más bella por el lado que tú recorres?- comentó el hombre-. Siempre supe que tú tenías rajaduras y resolví aprovechar este hecho. Sembré hortalizas, flores y legumbres y tú las has regado siempre. Ya recogí muchas para adornar mi casa, alimenté a mis hijos con lechuga, col y cebolla. Si tú no fueras como eres, ¿cómo podrías haberlo hecho?

Todos nosotros, en algún momento, envejecemos y pasamos a tener otras cualidades. Es siempre posible aprovechar cada una de estas nuevas cualidades para obtener un buen resultado.


PAULO COELHO

sábado, 24 de mayo de 2008

Confusión por ignorancia

El cuento que os dejo hoy, no es un cuento como los que acostumbro a escribir: no tiene una relfexión final, ni un mensaje escondido. Se trata de un cuento divertido, para que por un momento, dejemos de lado el estrés, la tristeza, etc. y demos paso a esa sonrisa escondida.

En cierta ocasión, una familla inglesa pasaba unas vacaciones en Escocia y, en uno de sus paseos, observaron una casita de campo que de inmediato les pareció cautivadora para su próximo verano.

Indagaron quien era su dueño, y resulto ser un pastor protestante, al que se dirigieron para que les mostrase la finca.

Tanto por su comodidad como por su situación, la casa, fue del agrado de la familia, la que se quedó comprometida a tomarla en alquiler para su próximo verano.

De regreso a Londres, repasaron detalle por detalle cada habitación y de pronto la esposa recordó no haber visto el W.C. Dado lo prácticos que son los ingleses, decidió escribir al pastor, preguntándole por él en los siguientes términos: “Estimado Pastor, soy miembro de la familia, que hace unos días visitó su finca con deseos de alquilarla para nuestras próximas vacaciones, y como omitimos enterarnos de un detalle quiero que nos indique más o menos donde queda el W.C.” Finalizó la carta como es de rigor, y se la envió al pastor.

Al recibirla, el pastor que desconocía la abreviatura de W.C., creyendo que se trataba de una capilla de su región que se llamaba Well Chapel, contestó a la señora en la siguiente forma:

“Estimada señora: tengo el agrado de indicarle que el lugar al que usted se refiere, queda sólo a 12 km. de la casa, lo cual es molesto, sobre todo si tiene que ir con frecuencia, pero algunas personas llevan la comida y permanecen allí todo el día. Algunos viajan a pie y otros en tranvía, y normalmente llegan en el momento preciso. Hay lugar para 400 personas sentadas y 100 de pie. Los asientos están forrados de terciopelo púrpura y hay aire acondicionado para evitar sofocaciones. Se recomienda llegar temprano para coger sitio; mi mujer por no hacerlo así, hace 10 años, tuvo que soportar todo el acto de pie, y desde entonces no usa este servicio. Los niños se sientan juntos y cantan a coro. A la entrada se les da un papel a cada uno y a las personas que no alcanza la repartición, pueden utilizar el del compañero de asiento pero al salir deben devolverlo para continuar usándolo todo el mes. Todo lo que dejan depositado allí será para dar de comer a los pobres del hospicio. Hay fotógrafos especiales quien toman fotografías en diversas posiciones, las cuales serán publicadas en el diario de la ciudad en la sección Vida Social, así el público podrá reconocer a las altas personalidades en actos tan humanos como este”.

Los ingleses, al recibir la carta estuvieron a punto de desmayarse, y decidieron finalmente cambiar de lugar de vacaciones.

sábado, 17 de mayo de 2008

Sala de estar...

El otro día "navegando" por internet, encontré esta reflexión...es, en mi opinión, un poco fuerte, pero al fin y al cabo es la realidad, la cruel y dura realidad.

En mi casa hay un agradable salón comedor. Me siento tranquilamente, voy cogiendo una postura cómoda y enciendo un cigarrillo; sí, lo sé, debería dejar de fumar.

Abro los ojos. Una quinceañera se echa a la calle y se dedica a la prostitución, dos cincuentones la solicitan ansiosos. A alguien le han dado un navajazo y tiene la cuchilla metida hasta el mango, se ha caído al suelo, la sangre le brota a borbotones, un "cabeza-rapada" le da una patada en la cara. Empieza a babear saliva espumosa. Se oyen sirenas que se acercan y un frenazo chirría sobre el pavimento. En el último piso están torturando a un desgraciado, los secuestradores le amenazan con risotadas ficticias y con precisas corrientes eléctricas. Los alaridos de la victima se oyen por la ventana. Apago mi cigarrillo y me sirvo un coñac.

Un helicóptero vigila las carreteras, pero en la semioscuridad del anochecer acaba estrellándose contra unas chimeneas abandonadas. La explosión despide a sus ocupantes hechos dos antorchas de fuego. Un coche que huye a ciento ochenta se sale de la calzada, y se incrusta contra una viga que lo atraviesa hasta el maletero, los cuerpos de sus ocupantes están despedazados. Una mujer comparte una rayita de coca con su acompañante, comienza la diversión, al momento se revuelcan sobre la cama. Enciendo un segundo cigarrillo (con lo malo que es para el resfriado...).

Disparos de ametralladora atraviesan el pecho del mercenario a sueldo y comienza a desangrarse colgado de una alambrada de espinos. Dos jóvenes bailan en la discoteca, acaban de conocerse, poco más tarde retozan desnudos en el asiento de atrás del coche. Dos matones acechan a un peatón, de un tiro le destrozan la cabeza, los sesos desparramados saltan hacia mí, me encojo ante las salpicaduras. Un violador amordaza a su víctima y consuma su agresión. Un ladronzuelo huye por el tejado de la casa de enfrente, resbala y cae estrellándose contra la acera. Un amante entra en la casa, se despoja del traje de calle y aprovechan que el marido de ella no está. Un drogadicto agoniza caído de bruces contra el Water de la gasolinera. Una alumna suspendida y rechazada por su joven profesor se ha ahorcado en la cocina. Con silenciador y puntería, han reventado a un homosexual en el pasillo.

En el salón-comedor apago la colilla y vacío lo que me queda del coñac, no pasa nada, sólo estoy viendo la tele.

miércoles, 14 de mayo de 2008

La leyenda de los sentimientos

Hoy es dejo uno de mis cuentos preferidos...y aunque es un poco largo, vale la pena leerlo. Espero que os guste!!

Cuenta la leyenda que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. Cuando el ABURRIMIENTO había bostezado por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan loca, les propuso: -¿jugamos al escondite? La INTRIGA levanto la cara intrigada, y la CURIOSIDAD sin poder contenerse preguntó: -¿al escondite? ¿Y cómo es eso?

-Es un juego- explicó la LOCURA - en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden y, cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes al que encuentre, ocupará mi lugar para continuar el juego. El ENTUSIASMO se halló secundado por la EUFORIA. La ALEGRÍA dio tantos saltos que terminó por convencer a la DUDA, e incluso a la APATÍA, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar. La VERDAD prefirió no esconderse; ¿para qué? si al final siempre le hallaban; la SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (en el fondo, lo que le molestaba era que la idea no había sido suya), y la COBARDÍA prefirió no arriesgarse...

-Uno, dos, tres...- comenzó a contar la LOCURA. La primera en esconderse fue la PEREZA, que, como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La FE subió al cielo, y la ENVIDIA se escondió tras la sombra del TRIUNFO, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La GENEROSIDAD casi no alcanzaba a esconderse; cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: que si un lago cristalino, ¡es ideal para la BELLEZA!; que si la rendija de un árbol, ¡perfecto para la TIMIDEZ!; que si el vuelo de una mariposa, ¡lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD!; que si una ráfaga de viento, ¡magnífico para la LIBERTAD! Así que termino por ocultarse en un rayito de sol. El EGOÍSMO, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo... eso sí, sólo para él.

La MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (¡mentira!, en realidad se escondió detrás del arco iris), y la PASIÓN y el DESEO en el centro de los volcanes, el OLVIDO... ¡se me olvidó donde se escondió!... pero no es lo importante.

Cuando la LOCURA contaba 999999, el AMOR aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que divisó un rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores.

-¡Un millón!- contó la LOCURA, y comenzó a buscar.

La primera en aparecer fue la PEREZA, sólo a tres pasos de la piedra. Después escuchó a la FE discutiendo con Dios en el cielo sobre zoología, y a la PASIÓN y al DESEO los sintió en el vibrar de los volcanes.

En un descuido encontró a la ENVIDIA, y claro, pudo deducir donde estaba el TRIUNFO. Al EGOÍSMO no tuvo ni que buscarlo; él solito salió desesperado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas.

De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la BELLEZA. Y con la DUDA resulto más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún en que lado esconderse.

Así fue encontrando a todos: el TALENTO entre la hierba fresca, la ANGUSTIA en una oscura cueva, la MENTIRA detrás del arco iris... (¡Mentira!, ella estaba en el fondo del océano!), y hasta el OLVIDO, al que ya se le había olvidado que estaba jugando al escondite.

Pero solo el AMOR no aparecía por ningún sitio.

La LOCURA buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas y, cuando estaba apunto de darse por vencida, divisó un rosal y las rosas... Y tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó.

Las espinas habían herido en los ojos al AMOR y la LOCURA no sabía que hacer para disculparse; lloró, rogó, imploró, pidió perdón, y hasta prometió ser su lazarillo.

Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la tierra:
¡¡EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE, SIEMPRE, LE ACOMPAÑA!!

lunes, 12 de mayo de 2008

Carta dirigida a la droga

Se que cuando recibas esta carta no te afectará lo que pongo en ella, ya que seguirás teniendo tantos admiradores como por desgracia siempre has tenido…

Cuando nos presentaron apenas me gustaste, fue el paso de los días lo que hizo que poco a poco me gustase cada vez más estar contigo. Ya no me conformaba con verte sólo los fines de semana. Salía a tu encuentro cualquier día. Fue tanto el gusto que le cogí a nuestra relación que ya apenas salía con mis compañeros.

Poco a poco me fui apartando de ellos, de unos porqué no te querían y me aconsejaban que te dejara y de otros porqué también estaban enamorados de ti y no quería compartirte con ellos. Nuestra relación cada vez se hacia más intima. Yo ya no vivía sino para ti.

Mi primer error fue dejar mi trabajo: por no prestarle la atención suficiente terminaron por despedirme. Pero nuestra relación seguía hacia delante. Era tal la dependencia que sentía por ti que apenas podía hacer nada si no te tenía a mi lado.

Hay que añadir el tren de vida al que me tenías sometido. Pronto tuve que robar para poder estar junto a ti. Aunque tu, no contenta con lo que tenias, me exigías más y más.

Has deteriorado mi vida, mi salud, mis proyectos, mi libertad... Gracias a Dios me he dado cuenta de que tu relación sólo me trae desgracias. Es por eso que he decidido escribirte estas líneas para romper, con la esperanza de que todo aquel que reciba esta carta y te haya conocido pueda darse cuenta de que destrozaras su vida.

¡¡Hasta nunca!!

A continuación, os dejo una canción de mecano que también trata sobre este tema…

“Esto no es una canción”

La primera vez apenas me gustó.
Fue por la nariz, por no decir que no.
Que el no es de cobardes, y a los dieciséis…
se prueba como es de hondo, el río con los
dos pies.

La segunda vez, me fue gustando más.
Sentí su poder, su sensación de paz.
Y a los pocos meses… me empecé a picar.
Yo siempre pensé que lo podría controlar.

Lo de dejarlo ya lo intentado mas de una vez,
y mas de cinco y mas diez. Pero no hay forma
no hay manera, con la mierda del caballo no
hay quién pueda: Olerla es, Meter los pies.

Cuando no quedó ya nada que robarles,
me empecé a chutar, delante de mis padres.
Pero me agobiaban, venga a preguntar…
Dinos hijo mío: Qué es lo que hemos hecho mal.

Lo de dejarlo ya lo intentado mas de una vez,
y mas de cinco y mas diez. Pero no hay forma
no hay manera, con la mierda del caballo no
hay quién pueda

Si estas enganchao, te quedan dos de dos.
Robar pa comprar, o venderla y sisar.
Y las dos terminan antes o después…
Con el culo roto y el sida en Carabanchel.

Lo de dejarlo, lo de dejarlo…

sábado, 10 de mayo de 2008

Asamblea en la carpintería

Hubo en la carpintería una extraña asamblea; las herramientas se reunieron para arreglar sus diferencias. El martillo fue el primero en ejercer la presidencia, pero la asamblea le notificó que debía renunciar. ¿La causa? Hacía demasiado ruido, y se pasaba el tiempo golpeando.

El martillo reconoció su culpa, pero pidió que fuera expulsado el tornillo: había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.

El tornillo aceptó su retiro, pero a su vez pidió la expulsión de la lija: era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás.

La lija estuvo de acuerdo, con la condición de que fuera expulsado el metro, pues siempre estaba midiendo a los demás, como si él fuera perfecto.

En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo, utilizando alternativamente el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Al final, el trozo de madera se había convertido en un lindo mueble.

Cuando la carpintería quedó sola otra vez, la asamblea reanudó la deliberación. Dijo el serrucho: “Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos en nuestras flaquezas, y concentrémonos en nuestras virtudes”.

La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba solidez, la lija limaba asperezas y el metro era preciso y exacto. Se sintieron como un equipo capaz de producir hermosos muebles, y sus diferencias pasaron a segundo plano.

viernes, 2 de mayo de 2008

Crear un delincuente

Dicen que el departamento de Policía de la ciudad de Houston, en el estado de Tejas (EE.UU.), había redactado una hoja impresa, que entregaba a los padres de aquellos muchachos que por algún motivo caían bajo su jurisdicción, y que decía lo siguiente:

1. Comienza desde la infancia, por dar a tu hijo todo lo que te pide; de esa forma crecerá en la creencia de que el mundo sólo tiene obligaciones con él.


2. Cuando pronuncie en tu presencia palabras sucias u obscenas celébralas con chistosas ocurrencias; de esta forma se desarrollará con la convicción de que es cosa graciosa y procurará incrementar la riqueza de tal "vocabulario".


3. No dejes de alabarle en presencia de los amigos y vecinos; de esta forma lograrás que llegue al convencimiento de que es mucho más listo y mejor dotado que los demás muchachos de su conocimiento.


4. Nunca emplees, refiriéndote a él, la frase "eso está mal". Podrías llegar a crear en el pobre niño un complejo de culpa. Claro está que cuando sea mayor y robe automóviles o ultraje mujeres, su conclusión será de que "el mundo está en contra suya" y que es un perseguido o un incomprendido.


5. Recoge todo lo que deje abandonado o fuera de lugar, porque así, cuando sea mayor, tendrá experiencia en el arte de dejar que los demás le hagan el trabajo que le corresponde.


6. Déjale ver y leer cuanto quiera. No te preocupes por las lecturas o por la televisión que van formando su mentalidad. Eso sí, cuida de que los vasos y tazas donde él beba estén limpios, pero no intervengas cuando su mente beba en un recipiente sucio de ideas sucias.


7. Discute con tu esposa en presencia de los hijos, procura estar borracho con frecuencia; así estarán preparados el día de mañana para imitar tu ejemplo y quizá logren deshacer un hogar.


8. Dale todo el dinero que te pida sin pedirle ninguna responsabilidad a cambio; no se te ocurra dejar que se lo gane con su esfuerzo.


9. No dejes de satisfacer sus deseos de refrescos, golosinas, caprichos de todo tipo, que se "atraque" de todo lo que le guste y nada más que de lo que le guste.


10. Ponte de su parte y defiéndelo en sus enfrentamientos con profesores, vecinos o policías. Todos ellos, si van contra tu hijo, no tienen razón.


11. Cuando te veas comprometido en un auténtico conflicto, puedes justificarte diciéndote a ti mismo: "me fue imposible hacer de él un hombre de provecho".

El niño también habló...

"Yo soy el futuro de la nación, el hombre del mañana, el que ocupará tu lugar cuando sólo quede el recuerdo y la obra. Seré el Juez de los hombres de hoy y, aunque el mañana depende de mí, yo dependo de la educación que me brinden hoy. ¿Por qué no me das la educación que merezco?"

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