Intrigado, le pregunté sobre lo que estaba haciendo, y el me respondió:
- Estoy lanzando estas estrellas marinas nuevamente al océano. Como ves, la marea es baja, y estas estrellas han quedado en la orilla; si no las arrojo al mar, morirán aquí por falta de oxígeno.
- Entiendo- le dije-, pero debe de haber miles de estrellas de mar sobre la playa…No puedes lanzarlas todas. Son demasiadas. Y quizá no te des cuenta de que sucede probablemente en cientos de playas a lo largo de la costa. ¿No estás haciendo algo que no tiene sentido?
El nativo sonrió, se inclinó y tomó una estrella marina; y mientras la lanzaba de vuelta al mar, me respondió:
-¡Para ésta sí tiene sentido!
2 comentarios:
Creo que si hubiera más hombres como el del cuento, serían muchas más las estrellas de mar que conseguirían salvarse, y tal vez podríamos llegar a salvarlas a todas. Por el contrario, lo peor que podría psarnos sería que el hombre decidiera hacer caso a la mujer, y dejar de luchar. Una historia muy profunda, Eli. Me gusta este sitio, tendré que pasarme más a menudo
Lamentablemente hay mucha más gente q hace lo mismo que la mujer, y deja las estrellas en el suelo pensando que no sirve de nada. Está claro q una pequeña obra no tiene mucha repercusión, pero si todo el mundo hiciera una...todo cambiaría!!
Gracias por tu comentario!!
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