jueves, 30 de octubre de 2008

¿Cómo crecer?


Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.

El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la
Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.

La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, una fresa, floreciendo y más fresca que nunca.

El rey preguntó:
-¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
-No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresa de la mejor manera que pueda".

Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mírate… No hay posibilidad de que seas otra persona. Puedes disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor, o puedes marchitarte en tu propia condena...


Jorge Bucay

martes, 28 de octubre de 2008

Picador de piedra

Cuenta la leyenda que un humilde picador de piedra vivía resignado en su pobreza, aunque siempre anhelaba con deseo convertirse en un hombre rico y poderoso. Un buen día expresó en voz alta su deseo y cuál fue su sorpresa cuando vio que éste se había hecho realidad: se había convertido en un rico mercader.

Esto le hizo muy feliz hasta el día que conoció a un hombre aún más rico y poderoso que él. Entonces pidió de nuevo ser así y su deseo le fue también concedido. Al poco tiempo se cercioró de que debido a su condición se había creado muchos enemigos y sintió miedo.

Cuando vio cómo un feroz samurai resolvía las divergencias con sus enemigos, pensó que el manejo magistral de un arte de combate le garantizaría la paz y la indestructibilidad. Así que quiso convertirse en un respetado samurai y así fue.

Sin embargo, aún siendo un temido guerrero, sus enemigos habían aumentado en número y peligrosidad. Un día se sorprendió mirando al sol desde la seguridad de la ventana de su casa y pensó: "él si que es superior, ya que nadie puede hacerle daño y siempre está por encima de todas las cosas. ¡Quiero ser el sol!".

Cuando logró su propósito, tuvo la mala suerte de que una nube se interpuso en su camino entorpeciendo su visión y pensó que la nube era realmente poderosa y así era como realmente le gustaría ser.

Así, se convirtió en nube, pero al ver cómo el viento le arrastraba con su fuerza, la desilusión fue insoportable. Entonces decidió que quería ser viento. Cuando fue viento, observó que aunque soplaba con gran fuerza a una roca, ésta no se movía y pensó: ¡ella sí que es realmente fuerte: quiero ser una roca ! Al convertirse en roca se sintió invencible porque creía que no existía nada más fuerte que él en todo el universo.

Pero cuál fue su sorpresa al ver que apareció un picador de piedra que tallaba la roca y empezaba a darle la forma que quería pese a su contraria voluntad. Esto le hizo reflexionar y le llevó a pensar que, en definitiva, su condición inicial no era tan mala y que deseaba de nuevo volver a ser el picador de piedra que era en un principio.

miércoles, 22 de octubre de 2008

"Lección magistral"

Hoy, os dejo un video sobre una intervención de Emilio Calatayud, en la V Tertulia del Consejo Escolar organizada por la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid y que tiene como título “Familia y Escuela ante la Prevención de Conductas de Riesgo”.

Para quien no lo sepa, Emilio Calatayud, es un juez de menores de Granada, conocido por sus sentencias ejemplares, como por ejemplo:

- Una condena a 100 horas de clases de informática a un joven que había crackeado varias empresas granadinas provocando daños por 2000 euros.

- 100 horas de servicio a la comunidad patrullando junto a un policía local por haber conducido temerariamente y sin permiso.

- 50 horas dibujando un cómicde 15 páginas, en el cuenta la causa por la que le condenaban.

En este video se habla de la educación que se les da a los menores actualmente y de cómo “estamos perdiendo el norte”.

Os aconsejo que lo veáis, porqué no tiene desperdicio.



martes, 21 de octubre de 2008

Rebelión

Y, de pronto, el timbre sonó.

- ¿Estás ahí? -escuché-. ¡Es la hora!
- Ya es tarde. Abre la puerta.

Estaba harto.

Pensé en agarrar el martillo y hacerlo...
Con un poco de suerte podría, de un sólo golpe, terminar con el incesante martirio.

Sería maravilloso.
No más controles...
No más urgencias...
¡No más cárcel!

Tarde o temprano todos se enterarían de lo que hice...
Tarde o temprano alguien se animaría a imitarme...
Y después, quizás otro...
Y otro...
Y muchos otros ganarían coraje.

Una reacción en cadena que permitiría terminar para siempre con la opresión.
Deshacernos definitivamente de ellos.
Deshacernos de ellos en todas sus formas...

Pronto me di cuenta de que mi sueño era imposible.
Nuestra esclavitud parece ser, a la vez, nuestra única posibilidad...
Nosotros hemos creado a nuestros carceleros,
y, ahora, sin ellos, la sociedad no existiría.

Es necesario que lo admita...

¡Ya no sabríamos vivir sin relojes!


Jorge Bucay
(Cuentos para pensar)

jueves, 16 de octubre de 2008

Aceptarse

Un anciano, que tenía un grave problema de miopía, se consideraba un experto en evaluación de arte. Un día visitó un museo con algunos amigos. Se le olvidaron las gafas en su casa y no podía ver los cuadros con claridad, pero eso no lo detuvo para defender sus controvertidas opiniones. Tan pronto entraron en la sala, comenzó a criticar las diferentes pinturas.

Al detenerse ante lo que pensaba era un retrato de cuerpo entero, empezó a criticarlo. Con aire de superioridad dijo:

- El marco es completamente inadecuado para el cuadro. El hombre está vestido en una forma muy ordinaria y andrajosa. En realidad, el artista cometió un error imperdonable al seleccionar un sujeto tan vulgar y sucio para su retrato. Es una falta de respeto.

El anciano siguió su parloteo sin parar hasta que su esposa logró llegar hasta él entre la multitud y lo apartó discretamente para decirle en voz baja: "Querido, estás mirando un espejo".


“Nuestras propias faltas, las cuales tardamos en reconocer y admitir, parecen muy grandes cuando las vemos en los demás. Debemos mirarnos en el espejo más a menudo, observar bien para detectarlas y tener el valor de corregirlas.”

viernes, 10 de octubre de 2008

La ciudad de los pozos

Aquella ciudad no estaba habitada por personas, como todas las demás ciudades del planeta.

Aquella ciudad estaba habitada por pozos. Pozos vivientes... Pero pozos al fin.

Los pozos se diferenciaban entre sí, no sólo por el lugar en el que estaban excavados, sino también por el brocal (la abertura que los conectaba con el exterior).

Había pozos pudientes y ostentosos con brocales de mármol y de metales preciosos; pozos humildes de ladrillo y madera y otros más pobres, con simples aguj
eros pelados que se abrían en la tierra.

La comunicación entre los habitantes de la ciudad era de brocal a brocal y las noticias corrían rápidamente de punta a punta del poblado.

Un día, llegó a la ciudad una "moda" que seguramente había nacido en algún pueblecito humano.

La nueva idea señalaba que todo ser viviente que se preciara debería cuidar mucho más lo interior que lo exterior. Lo importante no era lo superficial sino el contenido.

Así fue como los pozos empezaron a llenarse de cosas.

Algunos se llenaban de joyas, monedas de oro y piedras preciosas. Otros, más prácticos, se llenaron de electrodomésticos y aparatos mecánicos. Algunos más optaron por el arte, fueron llenándose de pinturas, pianos de cola y sofisticadas esculturas posmodernas. Finalmente, los intelectuales se llenaron de libros, de manifiestos ideológicos y de revistas especializadas.

Pasó el tiempo.

La mayoría de los pozos se llenaron hasta el punto que ya no podían incorporar nada más.

Los pozos no eran todos iguales, así que, si bien algunos se conformaron, otros pensaron que debían hacer algo para seguir metiendo cosas en su interior...

Uno de ellos fue el primero. En lugar de apretar el contenido, se le ocurrió aumentar su capacidad ensanchándose.

No pasó mucho tiempo hasta que la idea empezó a ser imitada. Todos los pozos utilizaban gran parte de sus energías para ensancharse para poder hacer más espacio en su interior. Un pozo, pequeño y alejado del centro de la ciudad, empezó a ver a sus camaradas que se ensanchaban desmedidamente. Él pensó que si seguían ensanchándose de aquella manera, pronto se confundirían los bordes de los distintos pozos y cada uno perdería su identidad...

Quizás a partir de esa idea se le ocurrió que otra manera de aumentar su capacidad era crecer, pero no a lo ancho sino hacia los más profundo. Hacerse más hondo en lugar de más ancho. Pronto se dio cuenta de que todo lo que tenía dentro de él le imposibilitaba la tarea de profundizar. Sí quería ser más profundo tenía que vaciarse de todo contenido...

Al principio tuvo miedo al vacío. Pero luego, cuando vio que no había otra posibilidad, lo hizo.

Vacío de posesiones, el pozo empezó a volverse profundo, miestras los demás se apoderaban de las cosas de las que él se había deshecho...

Un día, algo sorprendió al pozo que crecía hacía adentro. Dentro, muy adentro y muy en el fondo... ¡encontró agua!

Nunca antes otro pozo había encontrado agua.

El pozo superó su sorpresa y empezó a jugar con el agua del fondo, humedeciendo sus paredes, salpicando sus bordes y, por último, sacando el agua hacia fuera.

La ciudad nunca había sido regada más que por la lluvia, que de hecho era bastante escasa. Así que la tierra que rodeaba al pozo, revitalizada por el agua, empezó a despertar.

Las semillas de sus entrañas brotaron en forma de hierba, de tréboles, de flores y de tronquitos endebles que se convirtieron en árboles después...

La vida explotó en colores alrededor del alejado pozo, al que empezaron a llamar <>.

Todos le preguntaban cómo había conseguido aquel milagro.

-No es ningún milagro-contestaba el Vergel-. Hay que buscar en el interior, hacia lo profundo.

Muchos quisieron seguir el ejemplo del Vergel, pero desestimaron la idea cuando se dieron cuenta de que para ser más profundos tenían que vaciarse. Siguieron ensanchándose cada vez más, para llenarse de más y más cosas...

En la otra punta de la ciudad , otro pozo decidió correr también el riesgo de vaciarse...

Y también empezó a profundizar…

Y también llegó al agua...

Y también salpicó hacia fuera creando un segundo oasis verde en el pueblo...

-¿Qué harás cuando se termine el agua? -le preguntaban.

-No sé lo que pasará –contestaba-. Pero, por ahora, cuanta más agua saco, más agua hay.

Pasaron unos meses antes del gran descubrimiento.
Un día, casi por casualidad, los pozos se dieron cuenta de que el agua que habían encontrado en el fondo de sí mismos era la misma...

Que el río subterráneo que pasaba por uno inundaba la profundidad del otro.

Se dieron cuenta de que se abría para ellos una nueva vida.

No sólo podían comunicarse, de brocal a brocal, superficialmente como todos los demás, sino que la búsqueda les había deparado un nuevo y secreto punto de contacto.

Habían descubierto la comunicación profunda que sólo consiguen aquellos que tienen el coraje de vaciarse de contenidos y buscar en lo profundo de su ser que tienen para dar...


Jorge Bucay
“Cuentos para pensar”

domingo, 5 de octubre de 2008

Abrazado a la tristeza

Muchas veces suele pasar que oyes canciones y te las aprendes, bien porqué te gusta o simplemente porqué de tantas veces que la oyes al final acabas memorizándola; pero pocas veces nos paramos a escuchar la letra de la canción...

Bueno, el post que os dejo hoy es una canción de “Extrechinato y tu”, que actualmente tiene Fito en su disco “Por la boca vive el pez”.


Espero que os guste.




He salido a la calle abrazado a la tristeza:
vi lo que no mira nadie y me dio vergüenza y pena.
Soledad que te pegas a mi alma
en la dulce soledad de este campo de otoño.
No hay momentos de sosiego.

Rebeldía pura de amores sin amores.
Ilusiones puras y puros conformismos
intentando levantar el espíritu nostálgico
de querer estar contigo y nunca estarlo.

Los llantos desconsolados que estrangulan las gargantas;
los ancianos encorvados: parece que la tierra les llama.
Volverás de vez en cuando a estas tierras agrietadas
y verás de nuevo a quien te ama borracho;
borracho de amores y libertades.
Y también de vinos por olvidarte. Borracho...

Me da pena que se admire el valor en la batalla;
menos mal que con los rifles no se matan las palabras.

Y si surgen saludos y palabras
tal vez notes la dureza de mi estilo
queriendo no herirte en nada,
y en mi soledad sólo herirme yo mismo.

La justicia está arrestada por orden de la avaricia;
el dinero que te salva es el mismo que te asesina.

Y verás sin duda el resurgir poderoso del guerrero
sin miedo a leyes ni a nostalgias
y lo verás caer una y mil veces y levantarse de nuevo,
con la pura bandera de su raza.

Soledad de amores triste y pura,
soledad de amores y locura.

No me des más esperanzas: sé que todo son mentiras;
sacos llenos de agujeros para guardar alegrías.

Y verás sin duda el resurgir poderoso del guerrero
sin miedo a leyes ni a nostalgias
y lo verás caer una y mil veces y levantarse de nuevo,
con la pura bandera de su raza.

Me da pena que se admire el valor en la batalla;
menos mal que con los rifles no se matan las palabras.

Soledad de amores triste y pura,
soledad de amores y locura.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Maestro

"La actitud creativa termina con los lamentos y las excusas. Es calidad de percepción, acción inteligente que nos permite superar los conflictos con la riqueza de alternativas que nos ofrece cada situación. La creatividad despierta el poder que duerme en nuestra imaginación; es osadía, aventura para descubrir y aprender de los cambios; es respuesta hábil, no impotencia explicada o reclamo por lo que nos falta."


Hace años, un supervisor visitó una escuela primaria. En su recorrida observó algo que le llamó poderosamente la atención: una maestra estaba atrincherada atrás de su escritorio, los alumnos hacían gran desorden; el cuadro era caótico.

Decidió presentarse:

- "Permiso, soy el supervisor de turno...¿algún problema?"

- "Estoy abrumada señor, no se qué hacer con estos chicos... No tengo láminas, el Ministerio no me manda material didáctico, no tengo nada nuevo que mostrarles ni qué decirles..."

El supervisor, que era un docente de alma, vió un corcho en el desordenado escritorio. Lo tomó y con aplomo se dirigió a los chicos:

- "¿Qué es esto?"

- "Un corcho señor"- gritaron los alumnos sorprendidos.

- "Bien, ¿De dónde sale el corcho?"

- "De la botella señor. Lo coloca una máquina...", "del alcornoque, de un árbol .... "de la madera...", respondían animosos los niños.

- "¿Y qué se puede hacer con madera?", continuaba entusiasta el docente.

- "Sillas...", "una mesa...", "un barco..."

- "Bien, tenemos un barco. ¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en el pizarrón y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito? Escriban a qué provincia argentina pertenece. ¿Y cuál es el otro puerto más cercano? ¿A qué país corresponde? ¿Qué poeta conocen que allí nació? ¿Qué produce esta región? ¿Alguien recuerda una canción de este lugar?"- Y comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión, etc.

La maestra quedó impresionada. Al terminar la clase le dijo conmovida:
- "Señor, nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas Gracias".

Pasó el tiempo. El supervisor volvió a la escuela y buscó a la maestra. Estaba acurrucada atrás de su escritorio, los alumnos otra vez en total desorden...

- "Señorita...¿Qué pasó? ¿No se acuerda de mí?"

- "Sí señor, ¡cómo olvidarme! Qué suerte que regresó. No encuentro el corcho ¿Dónde lo dejó?"


Enrique Mariscal
"Cuentos para regalar a personas inteligentes"
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