sábado, 7 de febrero de 2009

Un alto en el camino

En un lejano país hubo una vez una época de gran pobreza, donde sólo algunos ricos podían vivir sin problemas.

Tres familias ricas hicieron un viaje y juntos llegaron a una aldea donde la pobreza era extrema. Era tal su situación de pobreza que las tres familias ricas reaccionaron de inmediato ante aquella difícil situación.

La primera familia no pudo soportar ver aquello, así que tomó todo el oro y las joyas que llevaban, que eran muchas, y los repartió sin quedarse, nada entre las gentes del campo. A todos ellos deseó la mejor de las suertes, y partieron.

La segunda familia, al ver su desesperada situación, paró con todos sus sirvientes, y quedándose lo justo para llegar a su destino, entregó a aquellos hombres toda su comida y bebida, pues veía que el dinero de poco les serviría. Se aseguró de que cada uno recibiera su parte y tuvieran comida para cierto tiempo, y se despidió.

La tercera familia, al ver aquella pobreza, aceleró y pasó de largo, sin siquiera detenerse.
Los otros ricos, mientras iban juntos por el camino, comentaban su poca decencia y su falta de solidaridad. “Menos mal que nosotros somos generosos y hemos ayudado a esos pobres…” Decían entre ellos.

Tres días después, se cruzaron con la tercera familia rica, que viajaba ahora en la dirección opuesta. Se dirigía otra vez a aquella aldea, y llevaba aperos de labranza, herramientas y sacos de distintas semillas y grano. Volvía para ayudar a la aldea contra la pobreza.

Y eso, que ocurrió hace tanto, seguimos viéndolo hoy. Hay gente generosa, aunque da sólo para que se vea lo mucho que dan, y no quieren saber nada de quien lo recibe. Otros, también generosos, tratan de ayudar realmente a quienes les rodean, pero sólo para sentirse mejor por haber obrado bien. Y hay otros, los mejores, a quienes no les importa mucho lo que piense el resto de generosos, ni dan de forma ostentosa, pero se preocupan de verdad por mejorar la vida de aquellos a quienes ayudan, y dan mucho de algo que vale mucho más que el dinero: su tiempo, su ilusión y sus vidas.¡Aún estamos a tiempo de cambiar al grupo bueno!

1 comentario:

Irianesh dijo...

Qué chulo el cuento Eli!! Qué tal las prácticas?? Espero que muy bien!! Te he concedido otro premio en mi blog!! A ver si este lo haces!! Un besete ;)

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