lunes, 3 de agosto de 2009

Una estrella de mar

Cierto día, caminando por la playa, reparé en un hombre que se agachaba a cada momento, recogía algo de la arena y lo lanzaba al mar. Hacía lo mismo una y otra vez. Tan pronto como me aproximé, me di cuenta de que lo que el hombre agarraba eran estrellas de mar que las olas depositaban en la arena, y una a una las arrojaba de nuevo al mar.

Intrigado, le pregunté sobre lo que estaba haciendo, y el me respondió:

- Estoy lanzando estas estrellas marinas nuevamente al océano. Como ves, la marea es baja, y estas estrellas han quedado en la orilla; si no las arrojo al mar, morirán aquí por falta de oxígeno.

- Entiendo- le dije-, pero debe de haber miles de estrellas de mar sobre la playa…No puedes lanzarlas todas. Son demasiadas. Y quizá no te des cuenta de que sucede probablemente en cientos de playas a lo largo de la costa. ¿No estás haciendo algo que no tiene sentido?

El nativo sonrió, se inclinó y tomó una estrella marina; y mientras la lanzaba de vuelta al mar, me respondió:

-¡Para ésta sí tiene sentido!

2 comentarios:

Expresarse es gratis dijo...

Creo que si hubiera más hombres como el del cuento, serían muchas más las estrellas de mar que conseguirían salvarse, y tal vez podríamos llegar a salvarlas a todas. Por el contrario, lo peor que podría psarnos sería que el hombre decidiera hacer caso a la mujer, y dejar de luchar. Una historia muy profunda, Eli. Me gusta este sitio, tendré que pasarme más a menudo

Eli dijo...

Lamentablemente hay mucha más gente q hace lo mismo que la mujer, y deja las estrellas en el suelo pensando que no sirve de nada. Está claro q una pequeña obra no tiene mucha repercusión, pero si todo el mundo hiciera una...todo cambiaría!!
Gracias por tu comentario!!

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