miércoles, 7 de octubre de 2009

Una competición de sapos

El objetivo era llegar a lo alto de una gran torre.

Había en el lugar una enorme multitud de gente dispuesta a vibrar y gritar por ellos

Comenzó la competición.

Pero como la multitud no creía que pudieran alcanzar la cima de aquella torre, lo que más se escuchaba era:

-¡Qué pena! Esos sapos no lo van a conseguir, no lo van a conseguir…

Los sapitos comenzaron a desistir.

Pero había uno que persistía y continuaba subiendo en busca de la cima.

La multitud seguía gritando:

-¡Qué pena, no lo van a conseguir!

Y los sapitos estaban ya dándose por vencidos…salvo aquel sapito, que seguía y seguía tranquilo, y ahora cada vez más con más fuerza.

Ya llegando el final de la competición, todos desistieron, menos ese sapito, que curiosamente, en contra de todos, seguía y pudo llegar a la cima con todo su esfuerzo.

Los otros querían saber qué le había pasado.

Un sapito fue a preguntarle cómo había conseguido concluir la prueba.

Y descubrieron que… ¡era sordo!


Para reflexionar…

¿Consigo “hacerme el sordo” cuando intentan desanimarme?

¿Desanimo a otros en el deseo de alcanzar sus propósitos?

¿Refuerzo lo positivo o subrayo lo negativo?

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