
-Maestro, un amigo estuvo hablando de ti con malevolencia…
-¡Espera!-le interrumpe el filósofo-. ¿Hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
-¿Las tres rejas?- preguntó el discípulo.
-Sí. La primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
-No. Lo oí comentar a unos vecinos.
-Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja que es la bondad. Eso que deseas decirme ¿es bueno para alguien?
-No, en realidad no. Al contrario.
-¡Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
-A decir verdad, no.
-Entonces- dijo el sabio sonriendo-, si no es verdad, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido.
1 comentario:
Qué bonito!
Ji ji, soy la visita 901. Tu blog tiene número de coche de carreras (porsche).
Guillermo
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